Nuestra metodología de trabajo surge del proyecto educativo “Amara Berri” desarrollado en el País Vasco desde la década de los 90.
Nos basamos en un sistema de trabajo, no en un método, un sistema interdisciplinar, conceptual, organizativo, de planificación, de reflexión y de análisis, de toma de decisiones. No existe un elemento aislado. En el sistema se integran todas las relaciones que se generan.
No es algo acabado. Decimos Sistema abierto como la propia vida. Capaz de ir modificándose constantemente, acogiendo desde dentro –no uniendo- nuevos elementos que surgen, creando nuevas interacciones sin perder por ello su ordenación sistemática.
La vida, aunque se entienda como un todo global, puede ser ofrecida de manera parcial o cerrada. Es decir, aprender por aprender acelera la posibilidad de llegar pronto al resultado, pero acabando el él.
Nos basamos en un sistema de trabajo, no en un método, un sistema interdisciplinar, conceptual, organizativo, de planificación, de reflexión y de análisis, de toma de decisiones. No existe un elemento aislado. En el sistema se integran todas las relaciones que se generan.
No es algo acabado. Decimos Sistema abierto como la propia vida. Capaz de ir modificándose constantemente, acogiendo desde dentro –no uniendo- nuevos elementos que surgen, creando nuevas interacciones sin perder por ello su ordenación sistemática.
La vida, aunque se entienda como un todo global, puede ser ofrecida de manera parcial o cerrada. Es decir, aprender por aprender acelera la posibilidad de llegar pronto al resultado, pero acabando el él.
Sin embargo, el hecho de desarrollar un sistema abierto, de avance en común, implica que hay un tiempo para cada cual, siendo la naturaleza abierta del sistema que trabajamos, la que posibilita, no solo un resultado, sino un proceso armónico, en el que no hay un campo que predomina, o se valora sobre los otros, sino que todos crecen a la par.
La disposición de una pedagogía abierta está más cerca del sujeto vital que otras de naturalezas cerradas, excesivamente estandarizadas y siempre cuantitativas.
La disposición de una pedagogía abierta está más cerca del sujeto vital que otras de naturalezas cerradas, excesivamente estandarizadas y siempre cuantitativas.
Se parte de la concepción que tenemos del alumnado y que está íntimamente relacionad con los principios metodológicos.
Cada alumna o alumno es un ser global (principio de globalización) que necesita vivir, sentir, descubrir, compartir, expresarse, relacionarse (principio de socialización), activar su mente (principio de actividad), analizar y tomar decisiones (principio de libertad).
Todos los campos de su desarrollo nos interesan: personalidad, relaciones sociales, aprendizajes disciplinares.
Decimos que la vida es global y hay que crear en el ciclo situaciones vitales donde el alumnado pueda vivir y ser, y porque vive va a aprender.
El alumnado tiene sus propios intereses y motivaciones: el juego, y jugando imita el mundo del adulto.
Cada alumno o alumna parte de un esquema conceptual determinado y tiene su propio potencial (principio de individualización).
I Premio Karmele Alzueta. Proyectos de Innovación Educativa en centros de C.A.P.V.
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